El día en que se anunció el acuerdo histórico sobre el clima en París, Pekín se asfixiaba de nuevo bajo una espesa nube de contaminación. Pero en el futuro, China podrá ordenar el cierre de fábricas de forma preventiva, gracias a un sistema de última tecnología.
En la Oficina de Medioambiente de Pekín, un equipo de ingenieros vigila con atención unos supercomputadores gigantes que calculan la contaminación en esta gran metrópolis.
Estas máquinas agrupan todo tipo de información, desde los detectores infrarrojos de las fábricas hasta los mensajes publicados en las redes sociales, para elaborar previsiones de contaminación para tres días y tendencias para diez días.
Este programa informático, desarrollado por el gigante estadounidense IBM, es una de las numerosas armas de última tecnología desplegadas por China para combatir la contaminación crónica, junto a drones, satélites y otros captores.
Su objetivo: identificar, con extrema precisión, el origen de la nube tóxica para evitar de forma preventiva cualquier emisión futura. hay mi planeta se explota.
ESTAMOS EN UN MUNDO CADA DÍA MAS CONTAMINADO POR DILIGENCIA DE LA NACIONES.
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